
Hace años, fui consejero en un campamento donde había jóvenes rebeldes. Su conducta me resultaba un desafío interesante, ya que maltrataban a los animales en el zoológico de mascotas y, en ocasiones, se peleaban entre ellos. Por eso, adopté un método tranquilo, pero firme, para liderarlos. Aunque a veces me exasperaban, siempre me aseguraba de que materialmente no les faltara nada.
A pesar de que por fuera me mostraba amable y amoroso, solía...