AFECTUOSOS O DESPIADADOS CON LOS DEMÁS........

"Cristo es... el que también intercede por nosotros...El Espíritu... intercede por los santos", Romanos 8:34,27.

          ¿Necesitamos argumentos       adicionales a estos para convertirnos en intercesores? ¿Que Cristo vive siempre para interceder (Hebreos 7:25) y que el Espíritu intercede por (en) los santos? ¿Estamos viviendo en un vínculo tan esencial con nuestro prójimo que intercedemos como hijos de Dios que han sido enseñados por su Espíritu? Examinemos nuestras circunstancias actuales. ¿Me siento agobiado por lo que sucede en mi hogar, mi negocio, mi país, o por la crisis actual que nos afecta a nosotros y a otras personas? ¿Estas situaciones me sacan de la presencia de Dios y me dejan sin tiempo para la adoración? Si es así, debemos hacer un alto en el camino. Y luego debemos entrar en una relación tan viva con Él que nuestros vínculos y tratos con los demás se pueden mantener por la intercesión, a través de la cual Dios obra sus milagros.
Cuidado con dejar atrás a Dios debido a tu anhelo personal de hacer su voluntad. Corremos adelante de Él en mil y una actividades, como consecuencia, nos cargamos tanto con las personas y los problemas que no lo adoramos ni intercedemos. Si cuando nos llegan la carga y la presión no tenemos una actitud de adoración, se producirá en nosotros no solo dureza hacia Dios, sino desesperación en nuestras propias almas. Él continuamente nos presenta a personas por quienes no sentimos ninguna afinidad y, si no lo estamos adorando, nuestra tendencia natural es a ser despiadados con ellas. Les arrojamos un versículo se lo clavamos como una lanza, o las dejamos con una apurada y descuidada palabra de consejo antes de marcharnos. Un cristiano despiadado debe ser un terrible dolor para nuestro Señor.
¿Nuestras vidas se encuentran en el lugar adecuado de modo que podemos participar en la intercesión de nuestro Señor y del Espíritu Santo?
(Rom 8:34 RV1960)
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 

(Rom 8:27 RV1960)
Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. 








Paul Washer - Guerra!


PERFECCIÓN CRISTIANA



Es una trampa imaginar que Dios quiere volvernos ejemplares perfectos de lo que Él puede lograr. Su propósito es hacernos uno con Él. El énfasis de los movimientos de santidad suele estar en la idea de que Dios está produciendo modelos de santidad para colocarlos en su museo. Si te dejas llevar por esta idea de santidad personal, el propósito decisivo de tu vida no será para Dios, sino para lo que llamas la evidencia de Dios en tu vida. ¿Cómo podemos decir: "Nunca podrá ser la voluntad de Dios que yo esté enfermo"? Si su voluntad fue quebrantar y herir a su propio Hijo, ¿por qué no haría lo mismo contigo? Lo que cuenta para Él no es tu relativa coherencia con tus ideas de lo que debería ser un santo, sino tu vital y genuina relación con Jesucristo y tu ilimitada devoción a Él, ya sea que estés sano o enfermo.
La perfección cristiana no es y nunca podrá ser, la perfección humana, sino la perfección de la relación con Dios que se manifiesta en medio de los acontecimientos aparentemente triviales de la vida humana. Cuando obedeces el llamamiento de Jesucristo, lo primero que te Impresiona es la "inutilidad" de lo que tienes que hacer y lo segundo es que otras personas parecen estar viviendo vidas perfectamente coherentes. Estos estilos de vida pueden dejar en ti la idea de que Dios es innecesario, que por tu propio esfuerzo y devoción puedes alcanzar el nivel que Él quiere para tu vida. En un mundo caído, esto nunca puede lograrse. Soy llamado a vivir una relación perfecta con Dios y, así, mi vida debe producir un gran deseo de Dios en la vida de otras personas; pero de ninguna manera admiración por mí. Los pensamientos sobre mí estorban mi utilidad para Dios. Su propósito no es perfeccionarme para que sea un trofeo de exposición, sino llevarme al punto donde me pueda usar. Deja que Él haga lo que quiera.
"No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto...",Filipenses 3:12

DE EL ¡ "…Tuyos eran y me los diste…", Juan 17:6


Un misionero es alguien a quien el Espíritu Santo ha hecho consciente de la siguiente verdad: "No sois vuestros", 1 Corintios 6:19. Afirmar que no me pertenezco es haber alcanzado un punto alto en mi estatura espiritual. La verdadera naturaleza de la vida, en medio de la confusión diaria actual, es rendirnos deliberadamente a otra persona: Jesucristo. El Espíritu Santo me presenta y me explica la naturaleza de Jesús para hacerme uno con Él, no para convertirme en un trofeo de exhibición. El Señor nunca envió a ninguno de sus discípulos partiendo de la base de lo que había hecho por ellos. Sólo fue después de la resurrección cuando ellos percibieron quien era Él, por el poder del Espíritu Santo. Jesús les dijo: "Id...",Mateo 28:19.
"Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas y hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo", Lucas 14:26. No dice que no pueda ser bueno y recto, sino que no es alguien en quien Jesús pueda escribir la palabra mío. Cualquiera de las relaciones que el Señor menciona en este versículo puede rivalizar con nuestra relación con Él. Puedo preferir pertenecerle a mi madre, a mi esposa, o a mí mismo, pero entonces Jesús me dice: No puedes ser mi discípulo. Esto no quiere decir que no pueda ser salvo, sino que no soy completamente de Él.
El Señor hace de un discípulo su posesión personal y se responsabiliza por él. "Me seréis testigos...", Hechos 1:8. El deseo que le viene a un discípulo no es el de hacer algo para Jesús, sino el de ser un perfecto deleite para Él. El secreto del misionero es ser verdaderamente capaz de decir: "Soy suyo y Él está llevando a cabo su obra y sus propósitos por medio de mí". ¡Sé enteramente de Él!

LA EXCLUSIVIDAD DE CRISTO.


¿No es humillante que nos digan que debemos ir a Jesús? Pensemos en las circunstancias por las que no queremos acudir a Él. Si quieres saber cuan auténtico eres, pruébate con las palabras: "Venid a mí". En cada punto en el que no seas auténtico, discutirás antes que ir, buscarás evasivas antes que ir, te someterás al dolor antes que ir y harás cualquier cosa antes que transitar el último trecho de ese camino de aparente e inexpresable locura, para decir: "Vengo tal como soy". Incluso hasta la más insignificante medida de irrespeto espiritual siempre se hará evidente porque estás esperando que Dios te pida hacer algo muy grande, cuando todo lo que te está diciendo es: "Venid".
"Venid a mí..." Cuando oigas estas palabras, sabrás que algo te sucederá antes de que puedas ir a Él. El Espíritu Santo te mostrará todo lo que debes hacer y lo que sea necesario para desarraigar lo que te está impidiendo ir a Jesús. Nunca podrás avanzar, si no estás dispuesto a hacerlo. El Espíritu Santo sacará a la luz esa fortaleza inexpugnable que hay en ti, únicamente cuando estés dispuesto a permitírselo.
Muchas veces te has acercado a Dios con tus peticiones y te haz ido pensando: "¡Esta vez realmente conseguí lo que quería!" Y sin embargo, te haz ido sin nada, mientras todo el tiempo Dios ha estado con las manos extendidas, no solo para recibirte, sino también para que ti lo recibas a Él. Piensa en la invencible e incansable paciencia de Jesús quien amorosamente te dice: Venid a mí.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
(Mat 11:28 RV1960)


ADORACION.........

"Y plantó su tienda entre Betel al occidente y Hai al oriente; edificó en ese lugar un altar a Jehová e invocó el nombre de Jehová", Génesis 12:8

La adoración consiste en darle a Dios lo mejor que Él te ha dado. Ten cuidado con la manera como utilizas lo mejor que posees. Siempre que recibas una bendición del Señor, devuélvela como una ofrenda de amor. Toma tiempo para meditar delante de Él y ofrécele de vuelta su bendición, en un acto deliberado de adoración. Si la retienes, se volverá una podredumbre seca, como ocurrió con el maná cuando se acaparó (ver Éxodo 16:20). Dios nunca permitirá que te guardes completamente para ti una bendición espiritual. Debes devolvérla para que Él la convierta en una bendición para otras personas.
Betel simboliza la comunión con Dios y Hai simboliza el mundo. Abram plantó su tienda entre las dos. El valor perdurable de nuestra actividad pública para Dios se mide por la profundidad de la intimidad de nuestros tiempos privados de comunión y unidad con Él. Nunca es correcto apresurarnos al entrar y salir de la adoración, pues siempre hay tiempo suficiente para adorar a Dios. Apartar algunos días para el reposo puede ser una trampa porque le resta valor a la necesidad de tener diariamente tiempos de quietud con Él. Por eso, debemos plantar nuestra tienda donde siempre contemos con el tiempo para la quietud con Él, sin importar los bulliciosos que puedan ser nuestros tiempos con el mundo. Existen tres niveles en la vida espiritual: adoración, espera, y trabajo. Sin embargo, algunos de nosotros parecemos saltar, como ranas espirituales, de la adoración a la espera, y de la espera al trabajo. La intención de Dios es que los tres vayan unidos, como un todo. En la vida de nuestro Señor siempre estuvieron juntos y en perfecta armonía. Esta es una disciplina que debemos desarrollar y que no se adquirirá de la noche a la mañana.

LA PUREZA PERSONAL


La pureza no es inocencia, es mucho más. Es el resultado de una continua armonía espiritual con Dios. Nosotros debemos crecer en pureza. Nuestra vida con Dios puede encontrarse bien y la pureza interior seguir inmaculada y, con todo, nuestra vida exterior podría estar sucia y manchada. Dios no nos protege de esta posibilidad, porque así comprendemos que es necesario mantener nuestra visión espiritual mediante la pureza personal. Si la parte externa de nuestra vida espiritual con Dios se ha deteriorado en lo más mínimo, debemos dejar a un lado todo lo demás hasta corregirla. Recuerda que la visión espiritual depende de nuestro carácter porque son los de limpio corazón quienes verán a Dios.
Dios nos purifica por su gracia soberana, pero hay algo que debemos vigilar cuidadosamente: Esta vida corporal mediante la cual entramos en contacto con otras personas y con otros puntos de vista tiene la inclinación a mancharse. No sólo debemos mantener bien con Dios nuestro "santuario interior", sino que también debemos llevar los "atrios exteriores" a una perfecta armonía con la pureza que Dios nos otorga por su gracia. Cuando el atrio exterior se mancha, nuestro entendimiento y visión espirituales se empañan inmediatamente. Querer mantener la intimidad personal con el Señor Jesucristo implica negarnos a hacer e incluso a pensar ciertas cosas, algunas de las cuales son lícitas, pero no las tocaremos.
Una ayuda práctica para que mantengas la pureza personal en tus relaciones con otras personas consiste en comenzar a verlas como Dios las ve. Entonces te dices a ti mismo: Ese hombre, o esa mujer, ¡perfecto en Cristo Jesús! Ese amigo, o ese pariente, ¡perfecto en Cristo Jesús!
(Mat 5:8 RV1960)  Bienaventurados los de limpio corazón,(D) porque ellos verán a Dios. 


DICIPLINA



Es muy fácil afligir al Espíritu de Dios. Lo hacemos menospreciando la disciplina del Señor o des-animándonos cuando nos reprende. Si nuestra experiencia de santificación todavía es muy superficial, confundimos la realidad de Dios con las sombras. Y cuando el Espíritu de Dios nos redarguye, decimos equivocadamente: “Oh, eso debe ser el diablo”.
Nunca apagues al Espíritu y no lo desprecies cuando te dice: “Ya no seas más ciego en este asunto; tú no estás donde creías. Hasta ahora no te lo he podido revelar, pero lo estoy haciendo en este momento”. Cuando el Señor te disciplina sí, déjalo cumplir tu propósito en ti. Permite que Él te relacione correctamente con Dios.
"Ni desmayes cuando eres reprendido por él". Nos enfadamos con Dios y decimos: “Pues, no lo puedo remediar, oré y de todas maneras las cosas no salieron bien, no me queda más sino abandonarlo todo”. ¡Piensa lo que sucedería si actuáramos así en cualquier otra área de nuestra vida!
¿Estoy dispuesto a que Dios me sujete por su poder y realice una obra en mí verdaderamente digna de Él? La santificación no es la idea que tengo de lo que yo quiero que Dios haga por mí. La santificación es la idea de Dios acerca de lo que Él quiere hacer a mi favor. Pero Él tiene que conseguir que yo adopte una actitud mental y espiritual que le permita santificar me por completo, cueste lo que cueste.
(Heb 12:3 RV1960)  Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
(Heb 12:4 RV1960)  Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; 
(Heb 12:5 RV1960)  y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: 
 Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, 
 Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 





LA CUMBRE DE LA EXALTACION


Todos hemos tenido un tiempo de exaltación en el monte, cuando vimos las circunstancias desde el punto de vista divino y quisimos quedarnos allí. Pero Dios nunca lo permitirá. La verdadera prueba de nuestra vida espiritual es tener la capacidad de descender. Si sólo tenemos poder para el ascenso, algo anda mal. Es maravilloso estar en el monte con Dios, pero una persona solo llega allí para luego bajar hasta el valle de los poseídos por el diablo y levantarlos. No fuimos hechos para los montes, los amaneceres o para otras atracciones hermosas de la vida, las cuales sólo sirven para los momentos de inspiración. Fuimos hechos para el valle y las circunstancias comunes de la vida. Es ahí donde debemos demostrar nuestro grado de resistencia y fortaleza. Sin embargo, por nuestro egoísmo espiritual siempre queremos momentos repetitivos en el monte. Nos parece que podríamos hablar y vivir como ángeles perfectos, si tan sólo pudiéramos permanecer en la cima. Esos momentos de exaltación son excepcionales y tienen un significado en nuestra comunión con Dios, pero debemos cuidarnos de que nuestro egoísmo espiritual quiera hacer de ellos el único momento.
Tenemos la tendencia a pensar que todo lo que sucede debe convertirse en una enseñanza útil, pero, en realidad, debe convertirse en carácter, lo cual es mejor que una enseñanza. La cima del monte no es para enseñarnos algo, sino para que seamos algo. Hay una trampa terrible detrás de la pregunta: "¿Para qué sirve esta experiencia?" Nunca podremos medir los asuntos espirituales de esta manera. Los momentos en la cima del monte son raros y tienen un propósito específico dentro de los planes de Dios.

(Mar 9:2 OSO)
Y seis días después tomó Jesús a Pedro, y a Jacobo, y a Juan, y los sacó aparte solos a un monte alto; y fue transfigurado delante de ellos.



DIFÍCIL DE AMAR?.......


Hace años, fui consejero en un campamento donde había jóvenes rebeldes. Su conducta me resultaba un desafío interesante, ya que maltrataban a los animales en el zoológico de mascotas y, en ocasiones, se peleaban entre ellos. Por eso, adopté un método tranquilo, pero firme, para liderarlos. Aunque a veces me exasperaban, siempre me aseguraba de que materialmente no les faltara nada.
A pesar de que por fuera me mostraba amable y amoroso, solía sentir que solo estaba «soportándolos». Eso me llevó a orar y a reflexionar sobre cómo el Padre celestial provee para sus hijos rebeldes. Al relatar la historia del éxodo de los israelitas, Pablo declaró: «Y por un tiempo como de cuarenta años [Dios] los soportó en el desierto» (Hechos 13:18). En griego, una de las connotaciones de la palabra «soportó» se refiere a proveer pacientemente para suplir las necesidades de las personas aunque estas no demuestren agradecimiento.
Algunos no reaccionan de manera favorable ante nuestros esfuerzos por mostrarles interés y dedicación. Cuando esto sucede, sería útil recordar que Dios es paciente con nosotros y que nos ha dado su Espíritu para que demostremos amor a aquellos que son difíciles de amar o desagradecidos .  (Gál 5:22-23 OSO) Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 
Señor, danos tu paciencia para tratar con aquellos que son difíciles de amar.
Sé tan paciente con los demás como Dios lo ha sido contigo.

HABLANDO DE DINERO


Hacía poco que Marilina y Esteban se habían casado. Aunque el dinero escaseaba, ella quiso cambiar el cubrecama gastado. Entonces, decidió comprar uno nuevo con la tarjeta de crédito, con la esperanza de conseguir dinero para pagarlo.
Se sorprendió cuando su lectura devocional diaria la llevó a Proverbios 22:27: «Porque si no tienes con qué pagar, te quitarán hasta la cama en que duermes» (nvi). Ese día, Marilina decidió no endeudarse por un cubrecama nuevo.
Decidir cómo gastar nuestro dinero es una cuestión personal entre nosotros y el Señor, y puede resultar difícil. Pero Dios no nos dejó a la deriva, sino que nos enseña: «Honra al Señor con tus bienes» (Proverbios 3:9), y «no podéis servir a Dios y a las riquezas» (Mateo 6:24).
Con estas verdades en mente, buscamos ayuda en su Palabra para usar el dinero sabiamente, y encontramos lo siguiente: «… guardaos de toda avaricia…» (Lucas 12:15); «… el que toma prestado es siervo del que presta» (Proverbios 22:7). Además, en 1 Timoteo, leemos: «… sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos» (6:18).
El dinero es un tema importante. Dios, quien suple todas nuestras necesidades, puede mostrarnos cómo usarlo para honrar su nombre.
Jamás permitas que el dinero se convierta en tu ídolo.
DIOS LES BENDIGA ETERNAMENTE EN CRISTO JESÚS...Radio Cristiana las 24 horas

SENCILLO Y CLARO


James Madison, el cuarto presidente de Estados Unidos, tuvo un papel decisivo en la redacción de la constitución de ese país. Advirtió sobre no elaborar leyes «tan extensas que no puedan leerse o tan incoherentes que no se entiendan». En vista de algunos complicados formularios gubernamentales que he leído, ¡sería necesario que esa advertencia se tuviera en cuenta más a menudo!
A veces, cuando compartimos el evangelio, lo complicamos más de lo necesario. Gracias a Dios, la Biblia presenta la buena noticia de la salvación con un lenguaje claro y fácil de entender. Jesús le dijo a Nicodemo, un fariseo instruido, que «… de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16). Más tarde, agregó: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (14:6). Con un lenguaje sencillo, el apóstol Pablo le respondió al carcelero de Filipo, quien había preguntado qué hacer para ser salvo: «Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo…» (Hechos 16:31).
La preciosa historia del amor de Dios es sencilla: Él envió a su Hijo a rescatarnos del pecado y de la muerte. Esta es una noticia maravillosa que aun los niños pueden entenderla.
Por la fe en Cristo, recibimos el perdón de Dios y evitamos la condena por el pecado.

EL ESTRES


Cómo impedir un colapso nervioso

¿Está a punto de perder el control? ¿Siente que si añade más presión perderá el dominio propio? El estrés puede ser un monstruo, pero también una buena motivación.
El estrés es la presión externa que nos causa tensión física, mental o emocional; es la resistencia internaen respuesta a la presión externa. El estrés es presión negativa que provoca angustia, peligro o un colapso;  es la presión positiva que produce motivación y movimiento.
Reaccionamos a la presión en forma muy parecida a como hace el metal que debe forjarse para que se haga resistente. La tensión puede aumentar nuestra capacidad de resistencia. Sin embargo, cuando es excesiva, puede producir un colapso nervioso. Dios nos conoce íntimamente. Él sabe la cantidad correcta de presión que podemos sobrellevar, pero nuestras reacciones son muy importantes…
El estrés es un asunto espiritual que afecta la vida total. La presión no es la culpable. La forma en que reaccionamos a la presión es la que revela si entendemos los caminos de Dios. La aparición de la tensión mide nuestra madurez. Podemos permitir que se interponga entre nosotros y el Señor, o podemos hacer que nos acerque más a él.
¿Tiene usted una perspectiva positiva o negativa? Si pasa mucho tiempo pensando en forma negativa, casi cualquier cosa puede convertir en estrés, aun las buenas circunstancias. Por eso, Dios quiere que meditemos en lo que es puro y santo…Las emociones deben reconocerse y aceptarse, básicamente son producto de nuestros pensamientos y pueden controlarse. La inmadurez emocional nos hace prisioneros de nuestros sentimientos y nos mantiene encadenados a un estrés exagerado…La ciencia médica tiene una definición especial al estrés. Dice que entreteje las reacciones mentales y emocionales con el sistema nervioso central… si no manejamos la presión en forma saludable, nos hacemos susceptibles a una gran variedad de problemas de salud.
¿Se encuentra usted mental, emocional o físicamente a punto de sufrir un colapso? ¿Se dirige hacia él a toda velocidad, pero ya no tiene combustible? Con frecuencia, Dios permite que se termine el combustible para que nos acerquemos a él. Acérquese al “Rey de reyes” y aprenda de él. El Espíritu Santo está trabajando en usted, buscando tener una relación personal para ayudarle a llevar sus cargas…
Mat 11:28-30 SRV  Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar.  (29)  Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.  (30)  Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Flp 4:8-9 SRV  Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en esto pensad.  (9)  Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz será con vosotros.
Rom 12:2 SRV  Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.




EL LLAMAMIENTO DIVINO....


Pablo afirma en este versículo que el llamado de Dios es a predicar el Evangelio. Pero recuerda lo que el apóstol quiere decir con evangelio, esto es, la realidad de la redención en nuestro Señor Jesucristo. Nosotros tenemos la tendencia a convertir la santificación en la meta de lo que predicamos. Pablo se refiere a las experiencias personales únicamente a manera de ilustración, no como la finalidad del tema. No fuimos comisionados para predicar la salvación o la santificación, sino para levantar a Jesucristo (ver Juan 12:32). Es injusto decir que en la redención Jesucristo sufrió dolores de parto para volverme a mí un santo. Jesucristo sufrió en la redención para redimir al mundo entero y colocarlo perfectamente íntegro y restaurado ante el trono de Dios. El hecho de que nosotros podamos experimentar la redención ilustra el poder de su realidad, pero esa experiencia es una con secuencia y no el objetivo de la redención. Si Dios fuera humano, ¡cuán hastiado y cansado estaría de los continuos ruegos que hacemos luz por nuestra salvación y santificación! ¡Le imponemos cargas desde que amanece hasta que anochece pidiéndole que nos dé cosas, o que nos libre de algo! Pero cuando finalmente tocamos el fundamento sólido de la realidad del Evangelio de Dios, nunca más lo molestamos con nuestras pequeñas quejas personales.
La única pasión en la vida de Pablo era proclamar el Evangelio. Él recibió con beneplácito las angustias, desilusiones y tribulaciones por una sola razón: estas circunstancias lo mantenían imperturbable en su devoción al Evangelio de Dios.

(1Co 1:17 SRV)  Porque no me envió Cristo á bautizar, sino á predicar el evangelio: no en sabiduría de palabras, porque no sea hecha vana la cruz de Cristo.


Algo más sobre sus métodos


Él va al lugar de donde nos ordenó salir. Si cuando Dios dijo: “Id”, te quedaste porque estabas muy preocupado por la gente de tu casa, lo que hiciste fue robarles las enseñanzas del mismo Jesucristo en persona. Cuando obedeciste y le dejaste todas las consecuencias a Dios, el Señor fue a “tu ciudad” a enseñar, pero mientras no quisiste obedecer, obstaculizaste el camino. Ten cuidado cuando empiezas a argumentar y a poner en competencia lo que llamas tu deber con las órdenes del Señor. Si dices: “Yo sé que Él me dijo que fuera, pero mi deber está aquí”, significa que no crees que Jesús hablaba en serio.
Él enseña donde nos manda que no lo hagamos... "Maestro... hagamos tres enramadas", Lucas 9:33. ¿Estamos jugando a ser dioses aficionados en la vida de otras personas? ¿Hacemos tanto ruido cuando enseñamos a otros que Dios no puede de ninguna manera acercárseles? Tenemos que aprender a mantener nuestra boca cerrada y nuestro espíritu alerta.
Dios desea instruirnos acerca de su Hijo y quiere transformar nuestros tiempos de oración en “montes de transfiguración” (Ver Lucas 9:28-29).
Cuando estamos seguros de que Él va a actuar en una forma específica, nunca volverá a obrar de la misma manera. Él obra allí donde nos ha ordenado esperar... "Quedaos vosotros... hasta que...", Lucas 24:49. Espera en Dios y Él obrará ¡pero no esperes enfadado espiritualmente ni sintiendo pena por ti mismo, pues tu visión es tan corta que no tienes la capacidad de ver más allá de tus narices.
¿Estamos lo suficientemente apartados de nuestros propios ataques espirituales de histeria como para “esperar en Él”?
Esperar no es sentarnos con las manos cruzadas sin hacer nada, sino aprender a hacer lo que se nos ha mandado. Estas son algunas de las facetas de los métodos de Dios que pocas veces reconocemos.
(Mat 11:1 SRV)  Y FUÉ, que acabando Jesús de dar mandamientos á sus doce discípulos, se fué de allí á enseñar y á predicar en las ciudades de ellos.